Todos hemos leído en alguna luneta de un auto o un colectivo la famosa frase que reza “Lo mejor que hizo mi vieja, es el pibe que maneja” –salvo que los analfabetos y los ateos-. Pero qué pasa con la gente que, como yo, no maneja. ¿Acaso no podemos ser el orgullo de nuestras madres? Por eso, me tomé el atrevimiento de reescribir otras versiones para que puedan ser usadas por diferentes tipos de personas.
Para gordos: Lo mejor que hizo mi vieja, es un guiso con arvejas.
Para gallegos: Lo mejor que hizo mi vieja, es depilarme la uniceja.
Para los que quieren entrar al libro Guinnes: Lo mejor que hizo mi vieja, es mi barba de abejas.
Para convictos: Lo mejor que hizo mi vieja, es regalarme una lima para rejas.
Para Van Gogh: Lo mejor que hizo mi vieja, es mi cara sin oreja.
Para hijos de swingers: Lo mejor que hizo mi vieja, es el cambio de pareja.
Para velocistas: Lo mejor que hizo mi vieja, es no hacerme muy lenteja.
Para millonarios con limousine: Lo mejor que hizo mi vieja, es contratar al que maneja.
Para disc jockeys: Lo mejor que hizo mi vieja, es al que mezcla las bandejas.
Para médicos: Lo mejor que hizo mi vieja, es decirme que le aqueja.
Para gauchos solitarios: Lo mejor que hizo mi vieja, es comprarme una oveja.
Para los que los agarró el granizo en la casa: Lo mejor que hizo mi vieja, es subirse al techo y arreglar las tejas.
Para Iván De Pineda: Lo mejor que hizo mi vieja, es mi cara despareja.
Para borrachos precavidos: Lo mejor que hizo mi vieja, es el pibe que hoy no maneja.
Para mellizos: Lo mejor que hizo mi vieja, es el pibe que a mí se asemeja.
Para homofóbicos: Lo mejor que hizo mi vieja, es enseñarme que el que no coge se deja.
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